La defensa de los derechos humanos (DDHH) es una responsabilidad colectiva. Todas las personas queremos ser libres para tomar nuestras propias decisiones sobre lo que decimos y hacemos, teniendo en cuenta que el límite de nuestra libertad se sobrepasa cuando nuestras acciones o palabras causan daño a las demás personas.
Sin embargo, no sólo depende de cada persona determinar lo que está bien y lo que está mal o cómo cumplir la promesa de los derechos humanos: nuestros gobiernos son fundamentales para hacer respetar y cumplir los derechos humanos.
Los gobiernos nunca deben violar nuestros derechos humanos, sino que deben asegurarse de forma proactiva que los derechos de las personas se respeten y se cumplan. Por ejemplo, una cosa es que el derecho a la educación esté reconocido en una declaración o carta de derechos, pero a menos que nuestros gobiernos creen los marcos políticos que garanticen que las escuelas funcionen y sean accesibles para todos los niños, ese derecho no se hará realidad. Del mismo modo, sin un sistema que nos permita votar con seguridad y libertad, nuestro derecho a la libre elección de gobierno se ve perjudicado.
Aunque como individuos, organizaciones o empresas, tenemos una clara responsabilidad de respetar y no violar los derechos humanos, nuestros gobiernos tienen ese mismo deber, pero también la obligación de garantizar que los derechos humanos se protejan y se cumplan.
Nuestros gobiernos nacionales se reúnen en las Naciones Unidas para debatir y establecer diversas normas referentes a derechos humanos. Por ejemplo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) de la ONU establece la base de todos nuestros derechos humanos: constituye el fundamento de todas las leyes y tratados internacionales de derechos humanos que han surgido desde entonces.
En resumen, la responsabilidad de proteger los derechos humanos se reparte entre varios sectores de nuestra sociedad. Entre ellos se encuentran:
Estados
Los Estados, como gobiernos representados por ministros, diplomáticos, entre otros, tienen la responsabilidad principal de promover, proteger, respetar y cumplir los derechos humanos. Tienen esta responsabilidad ante cualquier persona que se encuentre en su territorio o que pueda estar sujeta a su jurisdicción, control o influencia. Nuestros gobiernos tienen un enorme impacto en la realización (o negación/violación) de los derechos humanos a través de las leyes que elaboran y los sistemas judiciales están destinados a proporcionar vías para que los ciudadanos busquen justicia y reparación ante violaciones de estos derechos.
Las Naciones Unidas
La ONU tiene varias funciones y foros que nos ayudan a mantener las normas internacionales acordadas en materia de derechos humanos, a identificar las violaciones y a buscar soluciones y fomentar mejoras.
Órganos regionales de derechos humanos
Los órganos regionales, como la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, proporcionan vías adicionales para que las personas y las comunidades busquen justicia.
Empresas y otros actores no estatales
Las empresas tienen un impacto significativo en los derechos humanos, para bien y para mal. Es esencial contar con leyes y normativas sólidas y aplicables, pero las empresas tienen el deber de respetar los derechos y también pueden seguir proactivamente las directrices sobre derechos humanos y asegurarse de que cuentan con sistemas sólidos para garantizar el acceso a la reparación en caso de disputas o violaciones. Otros agentes no estatales son las milicias organizadas, las asociaciones, los clubes o los grupos de personas que pueden influir -para bien o para mal- en los derechos humanos de las personas.
Las personas defensoras de los derechos humanos y el movimiento de derechos humanos
Todas las personas tenemos derecho a defender y promover los derechos humanos y esto se puede realizar de diferentes maneras. Las personas que dedican su tiempo a promover o proteger los derechos humanos, ya sea en el marco de su trabajo o en su tiempo libre, forman parte del movimiento de derechos humanos: el amplio conjunto de personas y organizaciones que desean que el compromiso con la libertad, el respeto, la igualdad y la dignidad se proteja en nuestras leyes y se refleje en los propios sistemas y estructuras de los que dependen nuestras sociedades.
Esperamos que este resumen te dé una idea de quién protege los derechos humanos y de que la responsabilidad de respetar, proteger y cumplir nuestros derechos humanos recae principalmente en los gobiernos. Puedes encontrar más información sobre quién protege los derechos humanos siguiendo los enlaces de arriba.
A veces es necesario equilibrar un conjunto de derechos humanos con otro. Por ejemplo, la Declaración de los Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a la libertad de expresión, pero también explica que toda persona tiene derecho a estar segura y libre de discriminación. Esto significa que nuestro derecho a la libertad de expresión no se extiende a los discursos que incitan al odio, a la violencia o que perjudican a otra persona. Mientras que otros derechos son “absolutos”. Por ejemplo, la tortura no es aceptable en ninguna circunstancia: no hay justificación alguna para ella y está estrictamente prohibida en cualquiera de sus formas.
Los gobiernos deben encontrar la manera de garantizar que los derechos de la población se respeten y protejan adecuadamente. Y los ciudadanos tienen derecho a exigir que así sea.
Los gobiernos pueden hacerlo de formas ligeramente diferentes o establecer equilibrios ligeramente diferentes, pero la clave es garantizar que la libertad, el respeto, la igualdad y la dignidad de los ciudadanos se tengan siempre en cuenta y que primen en las leyes, las políticas y la práctica.