El sistema multilateral de derechos humanos se resquebraja bajo la presión.
Las instituciones creadas para garantizar la paz, la justicia y la protección de los derechos sufren ataques sin precedentes por gobiernos populistas y corporaciones sin escrúpulos que valroan más al poder y a las ganancias que a las personas y al planeta.
No obstante, personas de todo el mundo se están movilizando, alzando la voz y organizándose por la libertad y la dignidad.
La demanda de justicia nunca ha sido tan fuerte.
Para muchas personas y comunidades, el sistema internacional de derechos humanos sigue ofreciendo esperanza. Cuando opera como debería, brinda protección y solidaridad. Pero este sistema solo funciona cuando conecta con las personas para las que fue creado.
Aquí empieza el papel de ISHR. Somos un puente entre las personas defensoras de los derechos humanos en primera línea y el sistema internacional que puede transformar sus luchas en un cambio duradero.
Capacitamos, apoyamos y conectamos a activistas para que puedan llevar las soluciones impulsadas por sus comunidades a las mesas de diálogo globales, asegurando que las decisiones internacionales reflejen la realidad.
Las personas defensoras son el corazón de la justicia global.
Sus voces pueden reconstruir la confianza en la cooperación, resistir la represión e inspirar a personas y gobiernos de todo el mundo a actuar con valentía y conciencia. Pero necesitan protección, recursos y acceso al sistema internacional de derechos humanos. Necesitamos tender un puente entre ellos y este sistema distante.
Con su apoyo, podemos mantener este puente en pie.
Juntos, podemos asegurar que el sistema internacional de derechos humanos siga siendo lo que fue concebido: la defensa contra la tiranía en todo el mundo.
- Luchemos junto a las personas defensoras de los derechos humanos.
- Ayúdenos a resistir el creciente autoritarismo.
- Salvaguerdemos el sistema que nos protege.