A wide view of the 16th General Assembly plenary meeting. The meeting discussed the scale of assessments for the apportionment of the expenses of the United Nations, and heard a report of the Fifth Committee. The Assembly further discussed a number of other issues on the agenda, among them the integrated and coordinated implementation of and follow-up to the outcomes of the major United Nations conferences and summits such as the Millennium Summit, as well as strengthening of the UN system and measures and proposals in regard to UN Reform. On the screens are Dennis Francis, President of the seventy-eighth session of the General Assembly.

China, Estados Unidos de América, Federación de Rusia, Israel
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Informe: ISHR revela las maniobras disimuladas de los gobiernos para cortar los fondos de la ONU para los derechos humanos

En una investigación pionera sobre las negociaciones presupuestarias de la ONU en Nueva York, ISHR revela cómo un pequeño grupo de Estados, liderado por China y Rusia, coordinó esfuerzos para bloquear y reducir el financiamiento en derechos humanos de la ONU mediante maniobras políticas y presiones.

Un informe publicado hoy por ISHR revela por primera vez cómo un pequeño grupo de Estados, liderados por China y Rusia, está obstruyendo y manipulando las negociaciones presupuestarias en las Naciones Unidas (ONU) para intentar acabar con el financiamiento de varios de sus organismos e investigaciones de derechos humanos. Al tiempo que la la ONU atraviesa una crisis financiera y se lanza en una carrera para reformarse lo más pronto posible, esto pone en peligro la capacidad de la organización para prevenir, investigar y promover la rendición de cuentas por graves violaciones de derechos humanos, incluido actos de genocidio, así como para colaborar con los gobiernos en la promoción de los derechos humanos y el estado de derecho sobre el terreno.

La labor de derechos humanos de la ONU, históricamente subfinanciada, se enfrenta ahora a una amenaza existencial debido a los recortes presupuestarios que se reclaman en el marco de la Iniciativa ONU80 y a la crisis de liquidez que atraviesa la institución. Ésta misma se ve agravada por el incumplimiento por parte de Estados Unidos, China y otros países de pagar sus contribuciones a la organización íntegramente y a tiempo.

A partir de decenas de entrevistas y del análisis exhaustivo de documentos oficiales y documentos internos de negociación de 2019 a 2024, el informe de ISHR Budget Battles at the UN: How States Try to Defund Human Rights(en inglés únicamente) concluye que China y Rusia han liderado un esfuerzo sostenido para generar influencia, perturbar procedimientos y politizar discusiones técnicas en la Quinta Comisión (5C) de la Asamblea General de la ONU, donde los Estados negocian el presupuesto de la ONU, y su poco conocido pero influyente órgano asesor, la Comisión Consultiva en Asuntos Administrativos y de Presupuesto (CCAAP).

El informe explora cómo, durante la última década, la influencia china en estos órganos se ha expandido considerablemente. Pekín ha invertido considerablemente en fortalecer su representación en la 5C, la CCAAP y otros organismos relacionados para impulsar drásticos recortes presupuestarios en materia de derechos humanos. Por su parte, Rusia, ha desempeñado con frecuencia un papel de saboteador en las negociaciones, lo que ha permitido a China ejercer su influencia de forma más discreta pero eficaz a puerta cerrada.

«Las diplomacias rusa y china han instrumentalizado las negociaciones presupuestarias de la ONU para favorecer sus propios intereses y proteger a sus aliados de todo escrutinio. Y lo han hecho en detrimento de los derechos humanos. Las negociaciones presupuestarias deberían tener el único objetivo de financiar adecuadamente la labor de la ONU. No deberían ser una herramienta política para debilitar la rendición de cuentas y la protección de los derechos humanos».
Madeleine Sinclair, directora de la oficina de ISHR en Nueva York

En las sesiones de la 5C, China y Rusia han presentado repetidamente propuestas extremas para recortar drásticamente el financiamiento de actividades en derechos humanos. Éstas han sido respaldadas por varios Estados autoritarios, obstruyendo los esfuerzos de otros Estados que buscan revertir los recortes desproporcionados recomendados por la CCAAP.

Estos esfuerzos conjuntos buscan dejar sin fondos a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACNUDH), especialmente su labor en materia de derechos civiles y políticos y de no discriminación, y recortar el financiamiento de investigaciones iniciadas por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre las graves violaciones cometidas por Rusia, Bielorrusia, Irán y Corea del Norte, entre otros países.

Las entrevistas realizadas por ISHR también exploraron la enorme influencia de China entre los países en desarrollo del Grupo de los 77 (G77), ante el cual Pekín ha justificado sus esfuerzos para recortar el presupuesto para como un intento de tornar la organización más “eficiente” y priorizar iniciativas de desarrollo sostenible. A partir de 2025, la proporción de las contribuciones de China al presupuesto ordinario de la ONU aumentó del 15% al ​​20%, consolidando al país como el segundo mayor contribuyente después de Estados Unidos, cuya participación se sitúa en el 22%, el límite que puede alcanzar la contribución de un sólo Estado.

Más allá de la 5C, China y Rusia también han impulsado una retórica hostil a los derechos humanos y han paralizado discusiones en el Comité del Programa y de la Coordinación (CPC), otro organismo de la ONU poco conocido pero importante donde los Estados establecen el contorno de las actividades que implementará la organización. China también ha utilizado su puesto en la Junta de Auditores de la ONU para intentar supervisar de cerca las cuentas de la OACNUDH y buscar acceso a información confidencial. 

Mientras tanto, otros Estados, como Israel, han convertido a la 5C en un espejo de divisiones geopolíticas más amplias, forzando votaciones con el fin de cortar el presupuesto a investigaciones e iniciativas que les resultan incómodas, hasta ahora sin éxito.

«La ONU se enfrenta a un desafío mayor: la convergencia de la agenda antiderechos de China y Rusia con la cruzada reaccionaria de la administración Trump y su decisión de privar de fondos a la ONU por completo. Este informe debería ser una alerta general: a menos que los Estados comprometidos con la protección de los derechos humanos inviertan significativamente en la financiación y la defensa del pilar de derechos humanos de la ONU, otros se lo apropiarán sin escrúpulos para sus propios intereses».
Raphaël Viana David, responsable de programas para ISHR

Una crisis financiera cada vez más profunda

El informe concluye que años de falta de financiación y ataques al presupuesto de derechos humanos de la ONU se ven ahora agravados por una grave crisis financiera provocada por el retraso o la falta de pago de las cuotas de Estados Unidos y China, a medida que la ONU se encuentra en una fase de reforma urgente.

Desde que asumió el cargo en enero de 2025, la administración Trump ha lanzado repetidos ataques contra las Naciones Unidas, a menudo con el argumento del supuesto sesgo “anti-israelí” de la institución. Trump decidió bloquear el pago de las contribuciones estadounidenses que tienen pendientes de 2024 y la totalidad de sus contribuciones para 2025, al tiempo que decide recortar casi todas su donaciones voluntarias a la ONU.

Dado que Estados Unidos, el mayor contribuyente, retiene esta vasta porción del presupuesto de la ONU, los pagos cada vez más tardíos de Pekín podrían privar a la ONU de más del 40% de su tesorería para 2025.

El pago con un retraso extremo de las contribuciones chinas equivale  a no pagarlas en su totalidad. Esto se debe a una norma poco conocida, e impuesta por los Estados, que obliga a la ONU a devolver el dinero no gastado – o que no pudo utilizarse por llegar demasiado tarde en el año – a los países miembros como créditos para futuras cuotas. En 2024, China pagó sus contribuciones el 27 de diciembre, cuatro días antes del fin del año.

La retirada de Estados Unidos del multilateralismo también permite a China y Rusia aumentar aún más su influencia para reconfigurar a la ONU de modo a ampliar las prerrogativas de los Estados, en detrimento de la sociedad civil y la universalidad de los derechos humanos.

«Estados Unidos está jugando con toda la arquitectura en derechos humanos de la ONU para proteger a Israel del escrutinio internacional por su genocidio y para promover la visión de la administración Trump sobre los derechos humanos. Los Estados tienen el deber colectivo de mantenerse firmes y salvaguardar el presupuesto de la ONU en materia de derechos humanos para que pueda llevar a cabo su vital labor en este momento crítico».
Phil Lynch, director ejecutivo de ISHR

Al 3 de octubre, sólo 139 Estados Miembros (72%) habían pagado sus cuotas en su totalidad. Nueve de los Estados que aún no lo habían hecho a esa fecha eran miembros del Consejo de Derechos Humanos. Estados Unidos todavía debe 1.500 millones de dólares al presupuesto regular de la ONU para 2025, mientras que China debe 192 millones de dólares y Rusia 72 millones de dólares.

El déficit resultante ya ha reducido el presupuesto de la OACNUDH en términos reales en un 13% y un 27% en 2024 y el primer semestre de 2025, respectivamente. El impacto en la protección de los derechos humanos a nivel mundial ya se ha sentido, del estancamiento de las investigaciones sobre graves abusos en contextos como el de la República Democrática del Congo, hasta la drástica reducción de la capacidad para investigar y documentar crímenes internacionales en Rusia/Ucrania e Israel/Palestina.

La crisis financiera y presupuestaria, impulsada por Estados Unidos, China y Rusia, también está reduciendo el espacio para la participación de las víctimas y la sociedad civil en el Consejo de Derechos Humanos, y disminuyendo el apoyo a las personas en riesgo.

La reforma ONU80 podría agravar los daños

Los recortes estadounidenses también han obligado a la ONU a emprender una serie de reformas sin precedentes a través de la Iniciativa ONU80, un esfuerzo interno de aumentar la eficiencia de la organización, aunque hasta ahora el proceso se ha centrado principalmente en medidas de austeridad y de reducción de gastos.

Los recortes iniciales propuestos por el Secretario General en septiembre reducen el presupuesto de la ONU en derechos humanos de un 15 %, un porcentaje superior al que se propuso recortar para la labor en materia de desarrollo, y paz y seguridad. También se prevén nuevos recortes una vez que la CCAAP revise las propuestas del Secretario General, y los Estados presenten las suyas en el marco de ONU80.

«China y Rusia han explotado durante mucho tiempo los procesos internos de la ONU para tejer una red de influencia contra el progreso en derechos humanos, y ahora la administración Trump avanza en la misma dirección. Pero esto no es irreversible. La Iniciativa ONU80 debe ser más que una búsqueda de la "eficiencia": debe ser un esfuerzo colectivo hacia una reforma significativa, con los derechos humanos en su centro. Para ello, los Estados, y en particular los países del Sur Global que tienen un claro interés en contar con órganos universales de derechos humanos fuertes y receptivos, aún pueden recuperar este espacio y garantizar un nivel de financiamiento que promueva la protección de los derechos humanos sobre el terreno para todas las personas».
Phil Lynch, director ejecutivo de ISHR

La financiación del trabajo de la ONU en materia de derechos humanos está al borde del colapso en un momento en que es más necesaria que nunca para abordar las crisis mundiales. 

Los Estados tienen el deber colectivo de salvaguardar los derechos humanos, tomando entre otras medidas, los pasos siguientes:

  • Pagar sus cuotas íntegramente y a tiempo
  • Suspender la devolución de créditos a los Estados Miembros con atrasos
  • Reformar la CCAAP
  • Incrementar las donaciones voluntarias a la OACNUDH
  • Oponerse a los recortes presupuestarios de la ONU80 que afectan desproporcionadamente a los derechos humanos y garantizar que el Consejo de Derechos Humanos y otros órganos que obren en este sector cuenten con la financiación adecuada para cumplir sus mandatos.

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