Yuteita Hoyos Ramos es una mujer indígena y defensora de derechos humanos originaria de México. En una entrevista, nos contó cómo llegó a obrar en la defensa de los derechos de las niñas, des las mujeres y de los pueblos indígenas, y nos habló de sus aspiraciones para el futuro de México.
ISHR: ¿Cómo se presentaría a si mismo y a su trabajo en unas pocas palabras?
Yuteita: ¡Kidan! ¿Qué tal? Mi nombre es Yuteita Valeria Hoyos Ramos, soy mujer indígena mixteca de México. Mi pueblo se llama Santa Catarina Tlaltempan, Puebla. Soy Coordinadora General de la Red Nacional de Abogadas Indígenas (RAI MX).
La RAI es una organización de mujeres, profesionistas del derecho, originarias de diferentes pueblos indígenas de México. Difundimos y defendemos los derechos de las niñas y mujeres, y pueblos indígenas, tanto en el ámbito jurídico del Estado mexicano, como desde las justicias indígenas, que existen y se desarrollan en la vida comunitaria.
ISHR: ¿Qué le inspiró a involucrarse en la defensa de los derechos humanos? ¿Hubo algún episodio específico en su trayectoria que la condujo a este trabajo o alguna inspiración en particular?
Yuteita: Crecí en una familia de pensamiento crítico. Mi padre y madre son personas indígenas, crecieron en la adversidad y precariedad. Con esfuerzo lograron convertirse en profesores de educación indígena, donde enseñaron, incluyéndome a mí y a mis hermanas y hermanos, a desarrollar un pensamiento crítico, no ser indiferentes a las injusticias y siempre dar de nuestro trabajo a favor de las y los demás.
Crecí en mi pueblo donde aún se conservan las bonitas tradiciones de cooperación y apoyo mutuo, dónde amamos nuestra tierra, la música, lengua y tradiciones. Pero hay carencias en acceso a servicios como la salud y la educación. Mis abuelos no sabían leer ni escribir, vivieron violencia racista, también mis padres, el ver y sentir este dolor de mis ancestros, mis paisanos y sentir en carne propia el racismo y la discriminación, me motivó a comprometerme éticamente con mi comunidad, y por los derechos de las mujeres y pueblos indígenas.
ISHR: ¿Cómo sería México y el cotidiano de su comunidad en un futuro en el que se hicieran realidad los objetivos que busca alcanzar?
Yuteita: Anhelo un México sin racismo, donde las personas contemos con las mismas condiciones para acceder a nuestros derechos humanos, pero también con la plena libertad de vivir nuestras formas de vida tradicionales, donde se respeten y fomenten las lenguas originarias y se respete a la madre naturaleza y los territorios, nuestras identidades indígenas y formas de vida.
Me es imposible mirar un futuro ideal, pero si logro ver un proceso de mejora de las condiciones materiales de toda la población, pero principalmente de quienes hemos sido históricamente empobrecidas, marginadas, excluidas y discriminadas.
ISHR: ¿Ha sido usted objeto de amenazas o actos represalias directamente relacionados con su trabajo de defensora?
Yuteita: Hasta hace poco tiempo, consideraba que no estaba en una situación de riesgo, pues no identificaba lo que lamentablemente las personas que luchamos por los derechos humanos vivimos a diario y normalizamos, como los constantes ataques en redes sociales, el intento de desprestigiarnos en el espacio público, el aminorar y anular nuestras opiniones, y peor aún, incitar la violencia en nuestra contra a través de discursos de odio.
Eso es justamente lo que he vivido e identifico como algo constante hacia las integrantes de la RAI.
Es lamentable como esto puede constituir una puerta a riesgos peores como hacia nuestra integridad física o dañar más nuestra estabilidad mental y emocional. Esta última, aunada al cansancio por falta de autocuidado, son focos rojos hacia los que debemos ver y actuar.
ISHR: ¿Tiene algún mensaje para la ONU y la comunidad internacional?
Yuteita: México es un país pluricultural, inmensamente rico en biodiversidad y con un gran sentido de cooperación en sus comunidades indígenas, pero aun nos encontramos inmersos en una estructura racista y colonial que se expresa en la exclusión de las personas indígenas de espacios de decisión y opinión pública.
El contexto en el que vivimos sigue siendo continuación del proyecto colonialista, pues el Estado nos sigue despojando no solo de las tierras e identidad, también fomenta el extractivismo de nuestras culturas, rituales espirituales, narrativas, entre otros.
Los pueblos indígenas de México hoy se encuentran divididos por las formas en que el Estado ha intervenido en nuestras formas de organización, hecho que se suma a la incertidumbre jurídica que nos plantea la Reforma al Poder Judicial; y que pone en riesgos los avances jurisprudenciales a favor de los derechos de los pueblos indígenas y sus territorios.
Invitamos a la solidaridad internacional para que vigilemos y difundamos todas las formas de opresión que vivimos los pueblos indígenas, afrodescendientes y racializados en todo el mundo, especialmente en Abya Yala, y específicamente en México.
ISHR: ¿Tiene un mensaje para el nuevo gobierno que acaba de tomar mando en México?
Yuteita: A la nueva presidenta de México [Claudia Sheinbaum], le solicitamos que escuche a las mujeres y pueblos indígenas de México, que nos escuche desde la diversidad , incluso a quienes tenemos posturas críticas y llevemos un diálogo desde la interculturalidad, desde la igualdad sustantiva, y el antirracismo, y que lo haga reconociendo las violencias históricas a la que han estado sometidas la población indígena y la personas racializadas.
Un tal diálogo debería permitirnos colocar nuestra visiones del mundo, nuestros sentires como pueblos, el amor y respeto que le tenemos a nuestros territorios, a nuestras identidades. Debería tener resultado cambios estructurales en el Estado Mexicano, desde lo conceptual como desde lo material, es decir desde las concepciones teóricas y epistemológicas, como desde la materia presupuestaria.
Al nuevo Congreso, le solicitamos tome una postura crítica y que, sin temor al disenso, desarrolle debates profundos sobre las reformas que se encuentran en puerta, así como de las leyes reglamentarias: tiene en sus manos el rumbo político y jurídico de un país, incluyendo los pueblos indígenas de México.
Qué propongan reformas necesarias, como la protección al territorio de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas de los proyectos extractivistas y otros del mismo tipo que solo han generado violencia y pérdida de identidad y organizaciones comunitarias, que sobra decir no es casualidad.