El nuevo gobierno asumió la presidencia el pasado 7 de Agosto y con ello se abre una oportunidad histórica y sin precedentes para frenar las dinámicas de violencia contra las personas defensoras de derechos humanos en Colombia. Para las organizaciones nacionales esta transformación será posible en tanto exista un compromiso para la implementación de los mecanismos establecidos en el Acuerdo de Paz y un cambio hacia una política de seguridad eficaz, con presencia integral en los territorios.
La alarmante cifra que deja la administración saliente corresponde a más de 900 personas defensoras de derechos humanos asesinadas durante los últimos cuatro años y 107 tan solo para el año en curso, según los datos de la organización INDEPAZ. Desde ISHR, junto con organizaciones internacionales y nacionales, animamos los diálogos participativos y el acompañamiento en las reformulaciones necesarias para garantizar un entorno propicio para la defensa de los derechos humanos y la rendición de cuentas de los crímenes contra ellos.
Lea aquí el comunicado.
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