El primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que todas las personas somos “libres e iguales en nuestros derechos y dignidad”. Reconocer la igualdad inherente a todas las personas es fundamental para tratar a los demás con respeto y garantizar la dignidad y la libertad común.
Es inaceptable que un gobierno o sus autoridades discriminen a las personas por su raza, género, religión o cualquier otra condición.
A veces, la aplicación del derecho a la igualdad para todas las personas requiere grandes cambios o medidas para superar la arraigada discriminación sistémica y estructural.
Todas las personas tenemos derecho a la igualdad y a la no discriminación, y los gobiernos no sólo tienen que garantizar que los sistemas públicos no discriminen, sino que también tienen el deber de garantizar que el sector privado tampoco lo haga.
Tipos de discriminación
Algunas prácticas discriminatorias se conocen como “discriminación directa”. Por ejemplo, si un restaurante se negara a servir a alguien por ser una persona de color, sería un caso claro de discriminación directa. Otras formas de discriminación se conocen como “discriminación indirecta”. Es cuando una ley o una política, aunque no se dirija deliberadamente a un grupo de personas concreto, tiene un impacto desproporcionado y negativo sobre ese grupo. Por ejemplo, existe la preocupación de que las estrictas “leyes de identificación de votantes” excluyan desproporcionadamente a ciertas minorías, ya que es menos probable que tengan permisos de conducir u otras formas de identificación necesarias para votar.
Características protegidas y derecho a la igualdad
En todo el mundo, la gente está intentando acabar con el racismo y erradicar el racismo estructural que sigue creando barreras injustas para las personas de color.
Las feministas, sus aliados y las personas defensoras de los derechos humanos también están luchando contra el sexismo y promoviendo la igualdad de género.
Los diferentes motivos por los que se discrimina a las personas se refuerzan y empeoran mutuamente. Por ejemplo, la raza y el género juntos inhiben el avance de las mujeres de color en un grado que cualquiera de los dos factores por separado no podría.
Diversos organismos y mecanismos de derechos humanos, como las comisiones de igualdad y derechos humanos, tratan de impedir que los gobiernos, las autoridades y las empresas excluyan a las personas o las traten injustamente en función de determinadas características. Entre ellas se encuentran las creencias políticas, la orientación sexual, la identidad y expresión de género, la discapacidad, la religión, el origen nacional o étnico, la edad u otras condiciones, como dedicarse a la defensa de los derechos humanos.
ISHR, y el derecho a la igualdad y a la no discriminación
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