Honduras
América Latina y el Caribe

Perfil de defensor : Francisco Javier de Honduras

Francisco Javier, miembro del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), habla del papel de los mecanismos de la ONU en combatiendo la impunidad que existe aún en la investigación del asesinato de Berta Cáceres y resalta que los riesgos para sus colegas están aumentando.

En respuesta a las amenazas constantes contra personas defensoras en Honduras, el SIDH, con 169 organizaciones y 16 académicos, recientemente mandó una carta al Ministerio Público y la Secretaría de Estado en los Despachos de Derechos Humanos, Justicia, Gobernación y Descentalización exigiéndoles que el Estado de Honduras cumpla con sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos.

¿Eres un defensor de derechos humanos en Honduras, trabajando para defender los derechos ambientales y de la tierra. Puedes contarnos algo sobre tu labor?

Hablamos por pueblos indígenas sobre la protección de nuestros bienes comunes. Queremos proteger los bosques, los ríos y el aire, y también nuestros territorios. El COPINH ha aumentado la capacidad en los pueblos indígenas para que entiendan que tenemos que proteger los regalos de la naturaleza – que debemos defender lo poco que tenemos, sino la naturaleza se convertirá en un desierto. Como defensores de derechos humanos tenemos esta obligación y este compromiso de dar apoyo a otras comunidades y pueblos indígenas en Honduras y otros países. Por ejemplo, tenemos compañeros en Panamá que sufren los mismos retos que nosotros. Venimos aquí para hablar de estas cosas, y para luchar, no sólo para hoy y mañana, para las generaciones que vienen, para que sean también defensores de los recursos naturales. 

¿Qué te motivó a trabajar en la defensa de los derechos humanos?

Estoy solamente empezando; empecé en 2013. COPINH trabajaba con nosotros y nos ayudó a ver nuestro objetivo común: defender la naturaleza. En cada comunidad, escuchas las mismas preocupaciones: que los ríos y los bosques – que son la vida para nosotros – se destruyen cuando vienen para construir minas, represas, y otros proyectos de muerte. En COPINH, compartimos esta información con las comunidades, ayudándoles a entender, para que todos los pueblos indígenas en Honduras podamos unirnos. 

¿Cuáles retos, riesgos y amenazas enfrentas como persona defensora de derechos humanos en Honduras?

Porque decimos la verdad, quieren callarnos. Nos amenazan porque decimos la verdad. Las empresas y el Estado son los que nos amenazan y atacan, no les gusta que defendamos la Madre Tierra.  Cuando denunciamos lo que parece incorrecto o injusto, sobre cuando no se respetan nuestras decisiones, corremos riesgos. Eso es cuando nos pueden matar. Pero no van a callarnos. Aunque han asesinado a Bertita y a otros de nuestras compañeras y compañeros, nosotros – y todos los que se unen a nosotros – levantamos nuestras voces para que sigamos creciendo. El espíritu de Berta y de los otros compañeros nos acompañan. Porque estamos defendiendo la vida misma. Puede haber más riesgos, pero no van a callarnos. Seguiremos, y los que quedan, y las nuevas generaciones, les enseñamos a hacer lo mismo que nosotros – alzar sus voces sobre nuestros derechos.

¿Trabajas mucho con organizaciones centradas en la protección de defensores de derechos humanos – al nivel nacional, regional o internacional?

Sí. Estamos muy orgullosos porque muchas organizaciones nacionales e internacionales nos han apoyado. Nos alegra mucho que no estamos solos, que existen personas de buena voluntad que dan apoyo así. Cuando venimos a Ginebra, nos sentimos en casa; nos atienden.

¿Cómo es el marco legislativo para defensores derechos humanos – existen leyes que se aplican de manera abusiva?

Se previene que defensores hablen libremente. Las leyes sobre la consulta previa, libre, e informada no se cumplen en Honduras. Las leyes penales se utilizan injustamente contra los pueblos indígenas para criminalizarnos, y el sistema judicial le da apoyo a las empresas, como DESA.  No respetan nuestra autonomía ni nuestros derechos.  Cuando decimos la verdad, nos lanzan la policía y los militares y a veces nos golpean. Queremos que se retiren los militares y policías de nuestros territorios.  No es fácil hablar porque nos complica mucho la vida.  Criminalizan a miembros de los pueblos Indígenas por hablar la verdad, hasta querían poner a Berta en la cárcel en 2013.  Pero los autores intelectuales del asesinato de Berta están en libertad. 

¿Cuáles son tus objetivos de cabildeo? ¿Qué esperas lograr?

Esperamos que los actores dentro la ONU se reúnan con nosotros y atiendan nuestras solicitudes. Queremos decir la verdad, y queremos que reciba la atención que amerita. Queremos que nuestras decisiones como pueblos indígenas sean respetadas. Queremos que se respete el Convenio 169 y la Declaración de la ONU sobre los Pueblos Indígenas. En Honduras, no se respetan, así que tenemos que pedir apoyo internacional para que se le exija al Estado de Honduras que respete estos convenios y nuestros derechos. Estamos pendiendo la cancelación del Proyecto Agua Zarca y los demás proyectos en territorio Lenca otorgados sin una consulta libre, previa, en informada. Tenemos que viajar a pedir que los líderes y oficiales nos abran la puerta y que nos apoyen a exigir respecto de nuestros derechos.

¿Piensas que esta incidencia al nivel internacional te puede ayudar en tu labor? ¿Puede ser útil?

Sí, estamos muy alegres porque nos ha ayudado mucho. Sentimos que no estamos solos.  Al principio el Estado de Honduras intento esconder la realidad del asesinato de Berta Caceres con decir que era un crimen pasional, que es una mentira.  Por la presión internacional, tenían que admitir que era un crimen político.  Pero el Estado se sigue negando a la participación de una Comisión internacional independiente en la investigación. El Estado tiene la investigación en secreto. Seguimos exigiendo la Comisión internacional independiente para que realmente se investigue las personas poderosas que dieron la orden de asesinar a Berta. Esperamos que la comunidad internacional siga exigiendo lo mismo.

En Honduras nos persiguen.  La Comisión Interamericana de Derechos Humanos nos otorgó medidas cautelares, pero la policía y los militares nos persiguen y amenazan; no podemos confiar en ellos.  Esperamos que sigamos recibiendo apoyo internacional para denunciar las amenazas y asesinatos que vivimos y que se extienda hasta todos los líderes indígenas y movimientos sociales que son amenazados y atacados. 

Queremos que el Proyecto Agua Zarca se retire de nuestro Rio Gualcarque, un Rio sagrado para nosotros.  Hay bancos internacionales que han financiado este proyecto y pedimos que se retiren de manera definitiva. 

¿Tienes ideas de cómo convertir la ONU en un organismo más accesible y seguro? ¿Las amenazas y ataques han aumentado debido a tu trabajo con la ONU?

Es importante que la ONU escuche las voces de quienes estamos siendo atacados y asesinados por defender los derechos. Agradecemos el informe de la Relatora sobre los Pueblos Indígenas para exponer al mundo lo que sufrimos. Necesitamos un espacio seguro porque corremos riesgos. Ahora recibimos más amenazas y mucha persecución, y es por eso que nos sentimos inseguros. El asesinato de Berta está en la impunidad, siguen amenazando a los miembros del COPINH por defender el Rio Gualarque y todo el territorio Lenca. Hay quienes quieren matarnos para que no podamos hablar y decir la verdad.  Pero vamos a seguir exigiendo nuestros derechos, nuestra autonomía como pueblo Indígena y nuestro derecho a la consulta libre, previa, e informada. Esperamos que la ONU nos apoye.